El primer elemento clave es la consultoría técnica y regulatoria. Antes de iniciar cualquier operación, es fundamental analizar el tipo de residuo, identificar sus características y determinar la ruta de tratamiento o eliminación más adecuada, de conformidad con la legislación nacional e internacional.

A continuación, se lleva a cabo la gestión documental, una de las fases más delicadas. Las autorizaciones, notificaciones, formularios y certificaciones deben completarse y gestionarse correctamente para evitar sanciones y retrasos. Con un servicio llave en mano, la empresa designada se encarga de este aspecto por completo, liberando al cliente de complejas cargas burocráticas.

La logística es otro pilar: organizar un transporte seguro, con vehículos adecuados y trazabilidad garantizada, es esencial. Ya sean envíos nacionales, marítimos o intermodales, una planificación minuciosa permite reducir tiempos y costes, manteniendo altos estándares de calidad.

Contar con un servicio de gestión de residuos llave en mano como Exportrade significa contar con un socio único y fiable, capaz de coordinar cada fase y transformar un requisito regulatorio en una oportunidad para mejorar la sostenibilidad y la competitividad empresarial.